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Infografía: Beneficios y recomendaciones de ejercicio físico para pacientes con cáncer
jueves 7 abril 2022Hacer ejercicio de forma regular tiene beneficios para las personas con cáncer, y concretamente con cáncer de mama, entre los que se incluyen la disminución de los efectos secundarios de los tratamientos y trastornos asociados a la enfermedad y el aumento de la calidad de vida. En cuanto al ámbito de la prevención, nuestro estudio EpiGEICAM concluyó que las mujeres españolas con un estilo de vida sedentario tienen un 71% más de posibilidades de desarrollar cáncer de mama.
Por estas razones hemos elaborado, en el marco de nuestro Proyecto de Ejercicio Físico Oncológico, una infografía divulgativa en la que resumimos los beneficios que la actividad física tiene para los pacientes con cáncer y planteamos algunas recomendaciones para comenzar a hacer ejercicio si eres paciente.
No todos los conocimientos provenientes de artículos científicos publicados tienen el mismo impacto o valor sobre la toma de decisiones en materia de salud. Dependiendo de la calidad de una evidencia científica, ésta puede dividirse en alta, moderada o de baja calidad. Los beneficios del ejercicio físico para pacientes con cáncer, de acuerdo con esta división, son los siguientes:
- Reducción de la sensación de fatiga relacionada con el cáncer. Evidencia alta.
- Mejora de la calidad de vida. Evidencia alta.
- Mejora de la función física (aptitud cardiorrespiratoria y fuerza muscular). Evidencia alta.
- Disminución de trastornos como ansiedad y depresión asociados al diagnóstico y tratamiento del cáncer. Evidencia alta.
- El ejercicio de fuerza progresivo y supervisado no aumenta el riesgo ni exacerba los síntomas del linfedema. Evidencia alta.
- Mejora de la salud ósea. Evidencia moderada.
- Mejora de la calidad del sueño. Evidencia moderada.
En nuestra infografía realizamos también las siguientes recomendaciones para pacientes con cáncer de mama:
- De forma general, se sugiere evitar la inactividad, así como alcanzar siempre que sea posible las recomendaciones de las guías internacionales para la salud: un mínimo de 150 minutos a la semana de ejercicio aeróbico y dos sesiones por semana de ejercicio de fuerza.
- Es importante realizar ejercicio durante el tratamiento, adaptando la intensidad a las necesidades de cada etapa. Esto ayudará a mantener la independencia física y a mejorar la calidad de vida del paciente.
Descarga la infografía en este enlace.