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GEICAM y AEL elaboran una infografía divulgativa sobre el linfedema
viernes 6 marzo 2020Con motivo de la celebración este 6 de marzo del Día Mundial del Linfedema, GEICAM y la Asociación Española del Linfedema (AEL) han elaborado una infografía para divulgar la prevención y el tratamiento de esta posible complicación derivada de las terapias contra el cáncer de mama.
El linfedema es una enfermedad crónica que provoca la acumulación anormal de líquido y macromoléculas en los tejidos blandos por una alteración de la capacidad de transporte del sistema linfático, y que puede aparecer como consecuencia del abordaje quirúrgico del cáncer de mama. Se manifiesta en estas pacientes por un incremento del tamaño o hinchazón del brazo debido a la retención de líquido que se produce en el espacio entre la piel y la capa que recubre los músculos (aponeurosis). Su incidencia es variable y depende de factores de riesgo entre los que destacan la extensión de la cirugía practicada, la aparición de complicaciones postoperatorias, la aplicación de radioterapia o el sobrepeso y la obesidad. Se calcula que el linfedema afecta actualmente a un millón de personas en España, un tercio de las cuales, según datos de la AEL, lo padecen a causa de la extirpación de los ganglios linfáticos (linfadenectomía) como parte de la terapia contra el cáncer de mama. Además, se estima que una de cada cuatro de estas mujeres desarrollará esta complicación y, aunque el tiempo de aparición varía entre semanas y años, lo más frecuente es que el 75% de los casos aparezcan durante el primer año tras la cirugía.
Abordaje del linfedema: prevención y tratamiento precoz
El abordaje del linfedema debe basarse en la prevención y el tratamiento precoz. Para la doctora Mª Julia Giménez Climent, jefe clínico del Instituto Valenciano de Oncología (IVO) y coordinadora del Grupo quirúrgico de GEICAM (Q-GEICAM), “la prevención de esta secuela es un aspecto fundamental y debe iniciarse desde antes del planteamiento del tratamiento, mediante la valoración de cada paciente en el comité multidisciplinar y la indicación terapéutica en función del estadio del tumor”. Esta experta explica que en los tumores sin afectación axilar, puede realizarse una cirugía axilar conservadora mediante la técnica del ganglio centinela, que es mucho menos agresiva que la linfadenectomía completa. Además, considera fundamental “que el cirujano sea escrupuloso durante la técnica quirúrgica”. En este sentido, estudios revelan que la incidencia de linfedema es aproximadamente cuatro veces mayor en mujeres con disección completa de los ganglios linfáticos axilares que en las que se realiza biopsia de ganglio centinela,
La prevención también pasa por que las pacientes eviten en lo posible heridas en el brazo y, si es necesario, por la administración de antibiótico para evitar la inflamación de los vasos linfáticos (linfangitis). “Para lograr una correcta prevención, es necesario que la paciente esté informada del tipo de cirugía que se le va a practicar y del riesgo de linfedema que podría conllevar, así como de los diferentes síntomas que podría experimentar, desde sensación de pesadez en el brazo de la intervención, infecciones recurrentes o fibrosis de la piel, y de las medidas que puede llevar a cabo para evitarlo”, opina la jefe clínico del IVO. .
La primera indicación ante la sospecha de linfedema es la fisioterapia mediante terapia descongestiva compleja, que consiste en la combinación de cuidados cutáneos, manguitos de presión y drenaje linfático manual, recalca la doctora Giménez. Desde AEL aconsejan comenzar el tratamiento desde las siguientes 24 horas tras la cirugía, con el primer objetivo de reducir el dolor y el riesgo de retracción de la musculatura del hombro, así como tratar el edema postquirúrgico.
Posteriormente, el tratamiento debe adaptarse a la evolución de cada paciente. Para conseguir un mayor drenaje, prevenir el edema y mantener en buen estado los huesos, articulaciones, musculatura y sistema circulatorio, los profesionales de AEL indican que es recomendable que estas pacientes en riesgo de linfedema en estadio cero o subclínico realicen ejercicio físico moderado y progresivo lo antes posible. “Es muy importante que esta práctica siempre esté supervisada por un fisioterapeuta para que el profesional la adapte al tipo de cirugía a la que ha sido sometido cada paciente”, añade la presidenta de la AEL.
También existe tratamiento quirúrgico del linfedema, indicado solo para casos precoces y muy seleccionados, declara la jefe clínico del IVO. “Se realiza a través de pequeñas incisiones en la piel, con técnicas de supermicrocirugía con las que es posible drenar el líquido linfático mediante derivaciones linfático-linfáticas (uniendo entre sí vasos linfáticos de muy pequeño calibre) o linfático-venosas”, señala. En los casos en los que el sistema linfático está dañado, una técnica empleada es el autotrasplante de tejido de los ganglios linfáticos.
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