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COVID-19: Analizamos retos y cambios en cáncer de mama tras la crisis
lunes 20 julio 2020Profesionales involucrados en el abordaje del cáncer de mama se han unido para debatir sobre las consecuencias de la crisis del coronavirus para el futuro de la asistencia e investigación de esta enfermedad en el webinar “Retos y cambios en la nueva era. ¿Cómo será la investigación y la asistencia a los pacientes con cáncer de mama?” que organizamos con la colaboración de Roche el pasado 1 de julio.
Los participantes coincidieron en que las limitaciones de la actividad asistencial, la dificultad para atender presencialmente a los pacientes por motivos de seguridad o por la reducción de recursos en los hospitales y la disminución de las cirugías y las pruebas de cribado no parecen haber producido por el momento un impacto significativo en la supervivencia de los pacientes con cáncer de mama. En este sentido, lo vivido durante la pandemia ha supuesto una oportunidad para incorporar cambios con buenos resultados. Para la Dra. Ana Santaballa, miembro de la Junta Directiva de GEICAM y moderadora de la sesión, es importante aprender de la situación para “dejar de arrastrar dinámicas del pasado que no aportan eficiencia, hacer cambios estructurales e implantar nuevas formas de trabajar que mejoren la atención”.
El factor que más ha condicionado los cambios producidos ha sido la necesidad de disminuir al máximo las visitas de los pacientes a los centros hospitalarios para evitar riesgos. Así, en el contexto de la pandemia se ha consolidado la cirugía mayor ambulatoria y de corta hospitalización, hecho muy bien valorado por parte de los expertos participantes del webinar. De este modo, y con el desarrollo de protocolos, se ha logrado que buena parte de pacientes con tratamiento conservador como mastectomía con reconstrucción inmediata ingresaran por la mañana para ser intervenidas y volvieran a su domicilio por la tarde.
El objetivo de disminuir la frecuentación a los hospitales también ha cambiado en muchos casos el modo de administrar radioterapia, que se ha hecho mediante el hipofraccionamiento: es decir, la administración de una dosis equivalente con el mismo efecto sobre el tejido tumoral y el sano circundante en menos sesiones pero con dosis superior para acortar el tratamiento. Los participantes reunidos en el webinar opinaron que el hipofraccionamiento irá incorporándose a la rutina del abordaje radioterápico del cáncer de mama. En cuanto al tratamiento con quimioterapia, durante la crisis los oncólogos se han mostrado aún más reticentes a la hora de pautar terapias de este tipo que obligan a los pacientes a acudir al centro, por lo que en determinados casos se ha optado por la terapia oral. En la toma de decisiones en adyuvancia, la inmunosupresión de los tratamientos también se ha incorporado como factor a tener en cuenta en la valoración del riesgo-beneficio.
Ante posibles rebrotes que puedan volver a comprometer la asistencia presencial y disminuir los recursos disponibles, los participantes en el encuentro convinieron en que es necesario contar con planes de contingencia que los pacientes con cáncer de mama siguen recibiendo el mejor tratamiento posible.
Impulso de la telemedicina
La generalización de las llamadas telefónicas y videoconsultas para comunicarse con los pacientes ha sido uno de los cambios que ha venido para quedarse, según expresaron los intervinientes. Aunque estos sistemas no deben sustituir la visita presencial y no pueden emplearse para todos los pacientes, se visualiza como una opción de futuro que hay que desarrollar con sistemas protocolizados. El impacto de la epidemia también ha puesto en evidencia la necesidad de una mayor y más centralizada e integral coordinación entre niveles asistenciales en la atención de los pacientes con cáncer, con los profesionales de Atención Primaria más implicados en el seguimiento, especialmente en tumores con bajo riesgo de recaída.
Estado de la investigación
La investigación científica ha mostrado ser clave en el avance contra el coronavirus SARS-CoV-2. En este sentido, es positivo aprovechar este hecho para reclamar un mayor apoyo institucional a esta actividad, así como una mejora en la financiación y disminución de las trabas burocráticas para su desarrollo, particularmente en cáncer de mama. Durante la pandemia gran parte de la investigación, sobre todo en cuanto a reclutamientos, se ha visto paralizada, si bien los procedimientos han continuado en marcha. Este freno se ha producido porque muchos laboratorios de investigación están integrados en las universidades. Para la Dra. Begoña Bermejo, miembro de la Junta Directiva de GEICAM y moderadora de la sesión del webinar dedicada al futuro de la investigación, “debemos impedir que esto vuelva a ocurrir regulando el uso de estas instalaciones de manera independiente, y sobre todo, dotando de mejores medios a los institutos de investigación sanitaria de nuestro país para que puedan competir en invstigación.”
Respecto a la investigación clínica, uno de los pilares fundacionales de GEICAM, la Dra. Bermejo considera que será necesario flexibilizar las exigencias actuales requeridas para los ensayos clínicos, siempre sin menoscabar su calidad científica y garantía de la seguridad de los pacientes. Uno de los cambios que ha llevado consigo la pandemia ha sido la modificación de los procedimientos para la autorización de fármacos, así como de herramientas de manejo de la información clínica de los pacientes. Así, para la Dra. Bermejo es momento de “plantear a las agencias reguladoras la revisión de estos procedimientos para simplificar los requerimientos y acortar los tiempos de aprobación de fármacos para tratamientos oncológicos en general, particularmente para cáncer de mama”. De esta forma, podremos “aprender de lo ocurrido, ser capaces de garantizar la investigación en cáncer de mama en cualquier situación, e incorporar las nuevas herramientas y los cambios que, de manera forzada, nos hemos visto obligados a introducir para asegurar la viabilidad de los ensayos clínicos y el acceso a nuevos fármacos, eliminando gran parte de la burocracia y acortando los tiempos pero manteniendo la calidad científica y la seguridad del paciente, con el objetivo siempre de disminuir la mortalidad”.
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