La nueva generación de anticuerpos conjugados (ADC, por sus siglas en inglés) demuestra alta eficacia en el control de la enfermedad y mejora de la supervivencia en pacientes con cáncer de mama metastásico, incluso cuando la diana del anticuerpo no está muy presente en la célula tumoral.
La prevención farmacológica plantea retos como la mejora de los fármacos, para que su eficacia sea selectiva y con menos efectos secundarios, la capacidad para identificar a las personas con mayor riesgo de desarrollar el cáncer y llevar a cabo una estrategia de formación a profesionales sanitarios y de educación a la población.
La individualización de los tratamientos permite en la mayoría de casos una desescalada, que busca la misma eficacia pero con terapias menos intensivas que generen menos efectos secundarios.
Análisis recientes del estudio epidemiológico EpiGEICAM avanzan en el conocimiento de la influencia de la dieta y el ejercicio físico a la hora de padecer este tumor.
Los resultados de este nuevo análisis suponen un avance significativo en el tratamiento de los pacientes con este subtipo de tumor, al identificar biomarcadores que pueden ayudar a predecir los que responden peor a los tratamientos con iCDK4/6 en combinación con hormonoterapia.