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GEICAM en SEOM2019: Papel de las células mieloides supresoras como posible biomarcador en cáncer de mama avanzado
miércoles 6 noviembre 2019En el marco del último Congreso de la sociedad Española de Oncología médica (SEOM2019), celebrado del 22 al 25 de noviembre en Pamplona, GEICAM ha presentado como comunicación oral una parte de los subestudios traslacionales del ensayo PANGEA-Breast que tiene como objetivo determinar el papel de las células mieloides supresoras (MDSC, por sus siglas en inglés) que forman parte del sistema inmune y que parecen ejercer un efecto inmunosupresor muy potente mediante una variedad de mecanismos de acción cada vez mejor conocidos, según explica uno de los coordinadores de la investigación, el Dr. Luis de la Cruz, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla y vocal de la Junta Directiva de GEICAM. Según este investigador, “la detección de MSDC en tejido y sangre periférica podría proporcionar información pronóstica en cáncer de mama y tal vez podría servir también para monitonizar el control de la enfermedad y la respuesta a los tratamientos antineoplásicos”.
Según los datos presentados en SEOM2019 por la Dra. Natalia Palazón, oncóloga e investigadora del Hospital Universitario Virgen Macarena, el nivel de MDSC se encuentra elevado de manera estadísticamente significativa en pacientes con cáncer de mama avanzado frente a la población sana y, además, parece que en aquellas mujeres en las que se obtienen resultados terapéuticos satisfactorios estas células disminuyen de manera notable, manteniéndose estables e incluso elevándose cuando se detecta progresión de la enfermedad.
Estos resultados resultan relevantes ya que identifican las MDSC como un biomarcador inmune que puede aportar información relevante en cáncer de mama avanzado y que es fácilmente detectable en sangre periférica, tal y como apunta el Dr. De la Cruz. Por último, las investigaciones en este sentido también deberán preguntarse si estas células son causa o consecuencia del cáncer de mama, al menos, en etapas avanzadas, ya que «si fuese lo primero, estaríamos ante una diana terapéutica de primera magnitud».
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