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12+1 Simposio GEICAM: percepción de los pacientes en el diseño de ensayos
lunes 12 abril 2021La incorporación de la opinión y percepción de las personas con cáncer de mama en el diseño y desarrollo de ensayos clínicos ofrece una perspectiva más completa y la oportunidad de contribuir en la investigación clínica para mejorar su calidad de vida y reducción de toxicidades de los tratamientos, según se ha puesto de manifiesto durante la celebración de nuestro 12+ 1 Simposio Internacional GEICAM, celebrado en formato virtual del 8 al 9 de abril.
Durante su conferencia especial, el Dr. Fabrice André, del Departamento de Oncología Médica del Instituto Gustave Roussy, en Villejuif (Francia), señaló como prioridad en la investigación clínica en cáncer de mama la integración de los resultados comunicados por los pacientes (Patient Reported Outcomes [PRO]). Para argumentarlo, presentó los resultados de un estudio coordinado por él mismo, CANTO (de CAN-cer TOxicidades), en el que participaron 12.000 mujeres con cáncer de mama localizado asistidas en 26 centros franceses. El objetivo fue describir las toxicidades asociadas a los tratamientos, identificar las poblaciones susceptibles de desarrollarlas y adaptar los tratamientos para garantizar una mejor calidad de vida.
A través de los PRO, las pacientes premenopáusicas reportaron una percepción muy negativa del deterioro cognitivo que provoca la quimioterapia. Según el Dr. André, esta información debería dirigir el avance de la investigación hacia el desarrollo de terapias que disminuyan ese deterioro cognitivo que provoca la quimioterapia. En la misma línea, las pacientes postmenopáusicas informaron sobre el impacto negativo de la terapia endocrina en su calidad de vida. Igual que en el caso anterior, estos resultados indican que la comunidad científica debería trabajar en proyectos que eviten esa disminución de la calidad de vida de las pacientes.
Que la voz de los pacientes debe ser más tenida en cuenta en los ensayos clínicos fue un aspecto resaltado asimismo por la Dra. Eva Carrasco, directora científica de GEICAM, que presentó durante el simposio resultados de un focus group en el que se analizó la perspectiva de pacientes con cáncer de mama sobre los diseños de estudios de desescalada, que son aquellos que buscan la disminución de tratamientos, sus dosis o duración, o incluso la eliminación de los mismos, con el objetivo prioritario de reducir toxicidades manteniendo la eficacia. Preguntar a los pacientes si hubieran participado en el estudio en el momento del diagnóstico y una vez recibido el tratamiento adyuvante; sobre la importancia que le conceden al pronóstico de su enfermedad; el tipo de eventos que consideran relevante, o cuánta eficacia estarían dispuestos a perder por participar en un estudio de desescalada que les permita tener una mejor calidad de vida, ofrece información relevante a la hora de investigar y establecer una estrategia terapéutica. Como subraya la Dra. Carrasco, “es muy importante contar con la opinión de los pacientes antes de realizar un estudio de desescalada de tratamiento”.
Respecto a este tipo de estudios, explicó que “se realizan normalmente en poblaciones muy seleccionadas en las que el tratamiento estándar funciona lo suficientemente bien, aunque con algún ‘pero’, que suele ser la existencia de efectos secundarios (que se pretenden disminuir), el coste de las terapias o alguna inconveniencia (por ejemplo, tener que perder horas de trabajo por ir al hospital a recibir ciertos tratamientos)”, explica la directora científica de GEICAM.
En este terreno, las investigaciones se dirigen a seguir encontrando poblaciones específicas de pacientes, ya sea por criterios clínicos o de la biología del tumor, o por otros factores como comorbilidades del paciente, en las que “desescalar” el tratamiento no conlleve una disminución sustancial de su eficacia. El reto fundamental es asegurar que se va a mantener un control adecuado de la enfermedad aplicando menos tratamiento que el estándar hasta ese momento en la población de pacientes a estudiar, algo normalmente complicado tanto desde el punto de vista del médico como de los pacientes, cuya opinión es importante a la hora de llevar a cabo una estrategia de este tipo.
La investigación académica, ante un doble reto
Las restricciones de visitas a los hospitales para evitar contagios por la COVID-19 han frenado la investigación oncológica, también en cáncer de mama. Si bien esta actividad ha conseguido recuperarse hasta dos tercios respecto a la situación anterior a la pandemia, según estima el presidente del Grupo GEICAM, el Dr. Miguel Martín, aún queda por avanzar para la recuperación de la actividad habitual.
Además de las limitaciones que comporta la pandemia, la investigación en cáncer de mama tiene que superar otras barreras, entre ellas, la falta de financiación, especialmente padecida por los grupos cooperativos, académicos e independientes como GEICAM. “España dispone de un panorama científico muy atractivo para la investigación en cáncer de mama, porque contamos con una nueva generación de oncólogos bien formados y con conocimientos de biología molecular y con una red de asistencia pública que favorece la investigación clínica y que cuenta con la confianza de las compañías farmacéuticas. El punto quizás más débil en nuestro país es la deficiencia de la financiación de la investigación clínica académica, apenas sin posibilidades en la actualidad”, expresa el Dr. Martín. En su opinión, los grupos cooperativos de investigación, indispensables para el desarrollo de estudios que plantean preguntas a las que la industria farmacéutica no suele dar respuesta, se encuentran en un limbo legislativo que les impide concurrir a las convocatorias públicas de financiación de la investigación.
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